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Como fabricar sus propias macetas de concreto

El concreto u hormigón no sólo es uno de los materiales de construcción más utilizados, sino también uno de los más sencillos de preparar, lo que permite su uso en la elaboración artesanal de contenedores o macetas de un estilo particularmente atractivo.

En el presente artículo se explicarán algunas técnicas básicas para la producción propia de maceteros utilizando el concreto, que una vez dominadas pueden ser muy útiles para la elaboración de otras obras decorativas, como candeleros, bebederos y baños para aves, jardineras, e incluso pequeños bancos o muebles.

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Foto: Better Homes and Gardens

La fabricación de macetas de concreto requiere el uso de dos envases o contenedores que servirán como molde de la pieza en cuyo interior se fraguará el material.

Uno de los envases debe ser más pequeño que el otro, lo suficiente para ser introducido en el mismo sin problemas. En este punto es importante asegurarse de que la distancia que quede entre las paredes de ambos contenedores sea la suficiente como para asegurar un buen grosor de las paredes de la maceta de concreto que se desea construir.

En algunos casos, y dependiendo de las formas y tamaños buscados, se pueden utilizar envases plásticos; en otros se pueden armar moldes usando dos cajas de cartón de diferente tamaño, o armazones similares hechos con piezas de madera aglomerada.

Si se decide trabajar con cartón, se debe tener en cuenta que dicho material tiende a ablandarse y romperse por la humedad, por lo que es importante cubrir sus paredes y base con barniz brillante, además de reforzarlas con cinta adhesiva. Sin embargo, esta medida sólo permitirá su uso para fabricar una sola maceta, ya que al momento de desmoldar la maceta de concreto es muy posible que el molde termine desarmándose.

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El barnizado también corre para los moldes hechos con madera o cualquier otro material que no tenga un tratamiento impermeabilizante.

Una vez que se tienen listos los moldes, se puede preparar el concreto u hormigón, utilizando para ello cemento gris o blanco, arena y gravilla. Además del diferente nivel de resistencia que poseen estos tipos de cemento (el gris es más fuerte que el blanco), cada uno de ellos le aportará una tonalidad diferente al concreto.

La textura de la maceta de concreto también puede determinarse según el tipo de material que se utilice. Por ejemplo, si se incorporan a la mezcla gravas de distintos grosores y colores, es seguro que se obtendrá una superficie más rugosa.

Todo el material debe mezclarse bien en las siguientes proporciones:

  • Una parte de cemento
  • Dos partes de arena
  • Tres partes de gravilla fina o Dos partes de gravilla gruesa

El agua se irá agregando mientras se mezcla, considerándose que el punto correcto es cuando la consistencia del mortero no es ni muy líquida ni muy dura. Esto es algo que puede verificarse inclinando una paleta con una porción de la mezcla y que la misma no se caiga por efecto de la gravedad.

Mientras tanto, se cubren los lados y la base interiores del envase más grande con algún material desmoldante, pudiendo emplearse incluso aceite de cocina.

Lo mismo se hace con las paredes y base externas del envase más pequeño.

A continuación, se procede a verter el concreto en el molde mayor. En el caso de usar envases plásticos y de tamaño regular, se puede llenar el contenedor hasta que llegue a unos 3 centímetros del borde superior. Luego se lo sacude un poco para eliminar las burbujas de aire y se nivela la superficie.

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Seguidamente se empuja el molde más pequeño en el centro del concreto, haciendo que penetre hasta la profundidad deseada, teniendo cuidado de que se deje una base de un grosor adecuado.

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Foto: Better Homes and Gardens

Macetas de concreto con moldes de madera o cartón

En el caso de que se utilicen moldes de madera o de cartón, o que sean de dimensiones más grandes, se acostumbra echar primero el concreto en el molde mayor hasta lograr una capa de unos 2 centímetros de espesor, y luego se la empareja antes de colocar un rectángulo hecho con una varilla de hierro que servirá de refuerzo de la base de la futura maceta de concreto.

Se sigue vertiendo un poco más de concreto para que cubra el armazón metálico, se vuelve a emparejar y recién entonces se coloca el molde más pequeño, para luego continuar rellenando los bordes.

En todos los casos, se coloca un peso en el interior del envase más chico y se deja reposar por 24 o 48 horas para que el concreto termine de secar.

Una vez pasado ese tiempo, se debe desmoldar cuidadosamente, para luego afinar los bordes y cantos de la nueva maceta de concreto con la ayuda de una lima, lija o escofina.

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