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Aplicación de pinturas termocromáticas en espacios interiores

Las pinturas termocromáticas o termocrómicas son aquellas que cambian de color cuando se producen cambios de temperatura gracias a la inclusión de pigmentos especiales. Si bien el uso de este tipo de material estuvo circunscrito especialmente a la prevención de accidentes, la industria textil y el control de calidad alimentaria, en los últimos tiempos ha ganado terreno su utilización para decorar distintos espacios interiores de viviendas y oficinas.

Existen dos clases de pinturas termocromáticas:

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  • Irreversibles: Son aquellas que no pueden volver a su color original, sino que cambian de manera permanente cuando detectan un cambio en la temperatura.
  • Reversibles: Como su nombre lo indica, son aquellas que vuelven a su color original luego de detectar un cambio en la temperatura. Estas son las que más se utilizan con fines decorativos y de seguridad. También se las conoce como «parcialmente irreversibles»

El uso de estos productos para pintar paredes puede ayudar a cambiar el aspecto de una sala según las distintas épocas del año, ya que las paredes podrán cambiar de color durante los meses más calurosos y volverían a la tonalidad inicial durante el invierno.

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Dado que este material inteligente también reacciona ante el contacto con el cuerpo humano, también se puede utilizar para decorar habitaciones de juegos o de los niños, ya que les permite dibujar, plasmar su silueta o sus manos en las paredes, sin peligro de ensuciarlas. En este caso, bastará aplicar la pintura en una sola pared, algo conveniente si se tiene en cuenta el precio relativamente elevado de esta clase de pintura.

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La pintura termocromática más utilizada para cubrir paredes se presenta como un látex acrílico que puede aplicarse en una sola capa sobre superficies previamente pintadas para otorgar dimensión a los colores ya existentes, o aplicarse directamente sobre una superficie preparada, sea esta de mampostería, yeso, madera, etc.

Debe tenerse en cuenta que la temperatura ambiente cuando se trabaja con este tipo de material no debe ser inferior a los 10° C, ni superior a los 32° C. Se puede pintar utilizando rodillo, pincel o pulverizador. Cuando se utilizan los dos primeros, es conveniente no diluir mucho. Sin embargo, si la herramienta utilizada es un pulverizador, se requiere diluir con agua a una velocidad de no más de 1/2 pinta por galón de pintura.

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Una vez pintada toda la superficie, se debe dejar secar al tacto, demorando habitualmente dos horas (a 25° C y 50% de humedad), y se vuelve a pasar una segunda capa a las cuatro horas. Debe recordarse que los colores más oscuros pueden requerir tiempo adicional de secado entre capas.

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