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Pintura: Cuáles son los errores más comunes y cómo evitarlos

La elección de un tono equivocado, el uso de herramientas inadecuadas o el empleo de una mala técnica son algunos de los errores más comunes que pueden arruinar el resultado final de horas de trabajo de pintura.

Para evitar todos estos problemas, conviene hacer un breve repaso de esos fallos y de las simples medidas que se pueden tomar para evitarlos.

  • Pintar directamente desde la lata: A medida que se pinta, el pincel recoge pequeños residuos que inevitablemente terminarán en el recipiente original, provocando la formación de motas y grumos en la pintura. Asimismo, el aire interactúa con el material en la lata, haciendo que el mismo se espese, lo que genera marcas de pincel durante la aplicación. Un método adecuado es pintar a partir de un recipiente separado, manteniendo la pintura en un estado fluido viable.  Además, llevar un contenedor más pequeño y ligero es más manejable que una lata de pintura, la cual debería utilizarse sólo para el almacenamiento.
  • No preparar adecuadamente la superficie a pintar: Algunas veces, por ignorancia o por apresuramiento, no se preparan adecuadamente las áreas que van a recibir la pintura. La suciedad, el polvo y la grasa depositadas en esas superficies afectan la correcta fijación de la pintura e incluso pueden dejar manchas de diferentes tonos. Por eso se recomienda limpiar la superficie antes de aplicar la imprimación o la pintura propiamente dicha. Las imperfecciones irregulares también deben ser remendadas y lijadas antes de pintar, porque de lo contrario seguirán siendo visibles aún con la pintura nueva.
  • Elegir el tono equivocado: Esta situación suele darse cuando se elige un color vívido para un proyecto grande. Por lo general, ver colores en una muestra de pintura pequeña puede dar un impacto visual diferente que al verlos ya aplicados en una superficie grande como una pared. Dichas extensiones tienden a intensificar el color y es posible que se termine con un color más fuerte que lo que se pretendía. Para evitar este error, se recomienda elegir el color con un par de tonos más abajo.
  • Usar un rodillo desgastado: Cuando la cubierta del rodillo se deteriora, el material se desgarra y quedará incrustado en la nueva pintura. Esto se puede traducir en una pérdida de productividad a medida que se limpian los desechos de la pintura y se recubre el área. Lo mismo sucede con un pincel de mala calidad o deteriorado, aunque en este caso el problema puede ser aún mayor debido al desprendimiento de las cerdas.
  • Utilizar mal el rodillo: La regla general para obtener un buen resultado es pintar con tres movimientos. Se parte de la parte inferior, dando una primera pasada con un movimiento largo y continuo hacia arriba para descargar la pintura. La segunda pasada es hacia abajo para distribuir la pintura sobre la superficie de la pared. Y el tercer golpe es hacia arriba para suavizar la pintura. Al comenzar la tercera pasada, conviene girar levemente el rodillo en la dirección que se está pintando. Dicho giro supone una presión adicional en el extremo delantero del rodillo para ofrecer la máxima pintura donde más se necesite, al tiempo que alivia la presión en el extremo posterior, lo que ayuda a eliminar el exceso en las aristas.
  • Aplicación de la cinta de enmascaramiento: Cuando se aplica la cinta, conviene utilizar una espátula u otra herramienta similar para alisar la superficie que está enmascarando para obtener un mejor sellado, y siempre se debe retirar la cinta inmediatamente después de terminar de pintar. Esto ayuda a evitar que la pintura se monte sobre la cinta y se dañe o desprenda cuando ésta se quite.
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