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Cómo reparar una puerta corrediza de vidrio

Las puertas corredizas de vidrio se han convertido en una muy buena opción a la hora de buscar una abertura que ayude a optimizar los espacios de una casa, facilitar el tránsito de las personas, mejorar la iluminación ambiental, y mejorar la vista de los espacios exteriores, entre otras ventajas.

Si bien este sistema suele demandar poco trabajo de mantenimiento, no está libre de sufrir algunos desperfectos o daños en vidrios, paneles guías y otras partes, que pueden afectar su normal funcionamiento o su aspecto estético.

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El más común de los problemas que puede plantearse con una puerta corrediza de vidrio es la dificultad de deslizamiento de sus paneles a la hora de abrirla o cerrarla.

Esto se hace evidente cuando se oye un desagradable sonido de trituración cada vez que se corre la puerta, entonces puede que sólo necesite nuevo rodillo. En algunos casos, puede ser sólo la guía, o puede ser tanto la pista como los rodillos.

Los rodillos están en la parte inferior de la puerta y son lo que la guía suavemente sobre las guías. Para verificar si los rodillos están dañados o la guía presenta algún obstáculo, primero debe darse una inspección visual al área en la que se encuentran

Si son los rodillos los que parecen estar causando el problema, se tienen dos opciones: a contratar a un profesional si no se es tan práctico en este tipo de tareas, o seguir los siguientes pasos para ahorrar algo de dinero y aprender nuevas habilidades del hogar.

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Primero, se debe retirar la parte deslizante de la puerta. Algunas puertas saldrán levantándose un poco sobre el marco inferior y luego inclinando el mismo hacia adentro. Si la puerta no sale fácilmente de esa manera, entonces se necesitará quitar los tornillos que sostienen los rodillos.

Para ello, se inspecciona la base de la puerta donde están los rodillos, allí se notarán los agujeros con los tornillos que sostienen los rodillos en el lugar. Aflojarlos un poco debería ser suficiente como para ayudar a retirar la puerta corrediza de vidrio de la guía.

A continuación, se quitan los rodillos. Se recuesta la puerta sobre una superficie segura y con destornillador se procede a retirar los tornillos que sujetan los conjuntos de pequeñas ruedas, teniendo cuidado de no separar el marco y el vidrio.

Casi siempre la razón del reemplazo de los rodillos de una puerta corrediza de vidrio es que los mismos están deformados o destruidos por el desgaste propio del deslizamiento de los paneles.

Una vez extraídos los rodillos viejos, y con ellos en la mano, hay que dirigirse a la ferretería, de modo se tener la seguridad de comprar los repuestos correctos.

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Luego, se instalan los nuevos rodillos en el marco desmontado y se deja la puerta corrediza a un lado por el momento, ya que antes de proceder a su recolocación hay que asegurarse de que las guías estén limpias y libres de piedrecillas y otros escombros. Una guía sucia o desgastada arruinará muy pronto a las nuevas ruedas, así que ese es el momento adecuado para hacer todas las reparaciones necesarias antes de la reinstalación de la puerta.

Recolocación de la puerta corrediza de vidrio

Cuando se ha verificado de que los rodillos están en su lugar y la guía está en buen estado o ha sido reparada, se vuelve a emplazar la puerta en su lugar, colocando la parte superior primero y deslizando luego la parte inferior hacia adentro.

Finalmente, se ajustan los rodillos con la puerta en la posición cerrada. La puerta debe asentarse normalmente alrededor de 6 milímetros de la guía, pero sólo se deben ajustar los rodillos hasta que la puerta se mueva suavemente a lo largo de su guía.

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1 comentario en «Cómo reparar una puerta corrediza de vidrio»

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