El inodoro suspendido es una pieza de diseño moderno cuya principal característica es que la taza está fija a la pared mediante una armadura angular metálica oculta, lo que le da un aspecto ligero y dinámico, además de dejar el suelo completamente libre, lo que facilita la limpieza.
Al poder prescindir del tradicional apoyo en el piso, este tipo de sanitario puede presentar unas proporciones más bellas y alargadas, además de una geometría más limpia que la estructura compuesta de los inodoros convencionales.
Toda esta sensación de ligereza y encanto parece potenciarse por el hecho de que la cisterna se encuentra convenientemente oculta en la pared.
El inodoro suspendido también ofrece la valiosa ventaja de que se puede limpiar con más eficiencia y comodidad al no existir los rincones poco accesibles característicos de los sanitarios convencionales.
La instalación de este artefacto requiere necesariamente una redistribución de los desagües en el caso que se trate de un baño ya existente. Debe tenerse en cuenta que, con el nuevo sanitario, los caños de desagüe ya no están en el piso sino en la parte posterior del artefacto. Asimismo, al estar suspendido, el inodoro se comporta como una ménsula, por lo que necesitará contar con un soporte adecuado.
Para instalar un inodoro suspendido, debe tenerse presente que este componente del baño está formado por dos partes principales: una parte empotrable y otra exterior que es la taza propiamente dicha. La parte mas difícil del proceso de instalación es montaje del marco o bastidor sobre el que se montará el sistema.
Para esta tarea específica, se necesitará hacer un hueco en la pared, con las medidas que indique el fabricante del kit escogido. Por lo general, se necesitan abrir unos 60 centímetros de ancho por 100 centímetros de alto, y una profundidad (distancia entre el frente y la parte posterior) de 20 centímetros, en el caso de que la instalación se haga sobre una pared maciza (de ladrillos o bloques)
El siguiente paso en la instalación del inodoro suspendido consiste en colocar toda la tubería necesaria, incluido el desagüe y los tubos de suministro de agua.
Una vez hecho esto, se está en condiciones de colocar el tanque de agua, el pulsador y el armazón donde a través de unos ganchos se colgará la taza para evitar que al usarla se pueda vencer y caer.
Al colocar la estructura es importante verificar que la misma se encuentra bien nivelada y en la altura correcta, la que se determina tomando como referencia la alimentación lateral de la cisterna de agua.
Una vez que se completó la instalación del tanque y de la estructura, se procede a conectar el caño de desagüe y las tuberías de suministro. Después de esto se puede llenar el depósito de agua y comprobar si funciona correctamente.
Si todo opera sin dificultad, se puede cerrar el hueco y atornillar la taza del inodoro suspendido para terminar con el trabajo de instalación.
Accesos para la reparación del inodoro suspendido
Si durante el uso habitual del inodoro suspendido se registra algún problema con su funcionamiento, como un bloqueo en el caño de desagüe o bajante, sólo se necesita desmontar la tasa retirando los tornillos que la fijan a la pared.
Si, en cambio, se registra un inconveniente con el depósito de agua, se puede acceder al mismo retirando la chapa del pulsador.
Hola, soy diseñadora de interiores. Me parecen estupendas este tipo de entradas ya que me cuentan q debe hacer en profesional, entender en trabajo a realizar y por lo tanto me ayudan mucho a la hora de diseñar. Pero es una lástima el fondo sobre el que habéis puesto ya que dificulta muchìsimo la lectura. Tanto que me resulta prácticamente ilegible y exige un esfuerzo y un tiempo considerables. Os animo a que sigáis con este tipo de entradas y a que cambiéis los fondos. Un saludo
Acabo de enviaros un correo y al mandarlo, el fondo de ladrillo ha cambiado a blanco, así que no sé si es que había hecho algo mal o es que lo habéis pensado así. El caso es que ahora lo puedo leer. Un saludo