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Cómo reemplazar tejas de hormigón dañadas

Elaboradas generalmente con una combinación de cemento Portland, cal, arena y agua, las tejas de hormigón tienen a su favor su bajo costo en comparación con las clásicas piezas de arcilla, además de ser más livianas y permitir su uso en cualquier condición climática.

Si bien se trata de un material fuerte y duradero, esto no impide los problemas que puedan surgir si son golpeadas, por ejemplo, por una rama de árbol o una granizada fuerte. Siguiendo cuidadosamente los pasos requeridos, reemplazar las tejas de cemento dañadas puede ser una labor relativamente fácil.

En ocasiones, la aparición de goteras sirve de indicador de que un tejado de concreto está dañado, por lo que corresponde iniciar el proceso de reparación examinando todo el techo para determinar la extensión total del problema.

Esta inspección visual permitirá saber cuántas tejas de hormigón de repuesto serán necesarias. Aunque en determinados casos se pueden visualizar las baldosas dañadas desde el suelo, es mejor realizar una observación más cercana, ya que de este modo se podrá detectar a aquellas piezas que están agrietadas pero que a la distancia lucen intactas.

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Una vez que se sepa cuántas tejas de hormigón necesitan reemplazarse, se podrá estar seguro de que se obtendrá el número correcto de reemplazos. Si es necesario, se puede retirar una de las tejas de cemento rotas o agrietadas y llevarlas al negocio donde se van a comprar las nuevas, para asegurarse de elegir piezas del mismo color y calidad que las dañadas.

Además de ese material, conviene obtener un calzado con suelas adecuadas que pemitan desplazarse por el techo sin peligro de romper más tejas o de sufrir resbalones.

Si se deben reemplazar varias baldosas, conviene comenzar por uno de los extremos y trabajar a través. Se identifica la primera teja que se va a quitar y se levanta con cuidado la teja por encima de ella lo suficiente para que poder deslizar una palanca debajo de ella. Se deja que la longitud de la palanca descanse en diagonal y hacia la derecha sobre una teja que esté intacta. A continuación, se levanta la baldosa a la izquierda de la que se va a quitar y se la sostiene con otra palanca. A continuación, se puede deslizar la teja dañada fuera de lugar, aunque es posible que se la deba levantar primero para desengancharla.

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Colocación de la nueva teja de hormigón

Finalmente, se procede a colocar las tejas de hormigón nuevas, inviertiendo el mismo procedimiento que se usó para quitar las dañadas, manipulándolas cuidadosamente mientras se las coloca en su lugar y se las alinea con las tejas vecinas.

Debe tenerse cuidado con el manejo de las barras que sirven de palancas, ya que pueden rayar las tejas durante el proceso de colocación.

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