Las cubiertas autoportantes se emplean en la construcción de viviendas como elemento alternativo, el cual funciona como viga y como cubierta a la vez. Esta opción tiene una presentación curvada y posee la ventaja de reducir costos en una obra. Este tipo de estructura se coloca mediante tornillos que se fijan a las vigas de carga.
Es frecuente ver el uso de cubiertas autoportantes en sitios como estadios o predios de grandes dimensiones. Cuentan con un perfil metálico grecado cuya curvatura se logro a través de rodillos. Estos techos distribuyen las tensiones térmicas y climáticas de forma pareja sobre las paredes, en un reparto equitativo que se desplaza hacia los cimientos y garantiza resistencia y estabilidad.
Cómo proyectar una cubierta autoportante
Por lo general, las cubiertas autoportantes se realizan a medida, de acuerdo a la geometría de cada techo. Por ello, es imprescindible que las mediciones sean altamente precisas. Cada edificación requiere de un tipo de pieza en particular, considerando además la región climática y demás factores del entorno que puedan influir en las tensiones que sufrirá el techo.
Al no fabricarse una medida «standard» de autoportante, se debe elegir también el tipo de estructura que la cubierta poseerá. Cada edificación demanda una cubierta metálica diferente y, si bien la forma es similar en todos los casos, en tanto se trata de estructura de chapa que se ondula para el apoyo en las vigas de carga, es importante definir, por ejemplo, si la cubierta necesaria debe ser simple o doble.
Las cubiertas autoportantes simples están compuestas por una sola chapa curva. Si son dobles, la chapa inferior posee un material aislante, que puede ser fibra de vidrio. Entre las ventajas que poseen estas estructuras se cuenta el hecho de que se garantiza un buen desagote del agua pluvial, a la vez que tienen una buena respuesta a los embates del viento.
Cómo se emplean las cubiertas autoportantes
El uso es ideal para aislamientos traslúcidos, y permiten la presencia de estructuras de acero, hormigón o madera, entre otros. A su vez, es posible que las cubiertas autoportantes sean curvas, en cuyo caso los arcos dan lugar a distancias de hasta 40 m; aunque también se encuentran cubiertas planas, las cuales, paradójicamente, sólo llegan a cubrir unos 15 m de longitud.
Para los dos tipos de uso en cubiertas autoportantes para techo, no es necesario ningún elemento extra que haga de viga o soporte. Por ello se dice que estas estructuras reducen «las patologías de obras», en tanto no precisan mantenimiento como el resto de la construcción. Así, el tiempo que se ahorra mediante el uso de estos elementos es una de sus principales ventajas, teniendo en cuenta que los resultados son redituables y resistentes.