Las huellas de cemento son un tipo de sendero para jardín que no sólo permite recorrer un espacio verde sin pisar el césped, sino que también contribuye a darle al mismo un interesante acabado estético y original.
Esta clase de camino se construye generalmente con baldosas de cemento que imitan rocas, troncos de madera cortados, bloques perforados u otras formas, que se distribuyen sobre el camino propuesto siguiendo la disposición de los pasos de una persona.

La versatilidad del cemento también permite darle al sendero un toque más personalizado y vistoso mediante el agregado de otros materiales. Por ejemplo, sobre una baldosa se puede diseñar un mosaico utilizando piedras de río, cuentas de cristal o recortes de cerámicos.
Otro punto a favor de utilizar huellas de cemento para construir un camino de jardín reside en la economía del recurso, ya que su precio es más barato que otros materiales e incluso puede ser fabricado por el propio interesado, ya que sólo se necesita realizar la mezcla correcta y vaciarla en el molde con la forma deseada y así obtener un producto sumamente original.
Ya sea que se trate de baldosas de producción comercial o doméstica, la colocación de las huellas de cemento en el terreno del jardín puede realizarse siguiendo un procedimiento relativamente rápido y sencillo:
En primer lugar, se debe medir en metros lineales el perímetro de la cama del jardín donde se planea instalar el sendero, para luego decidir cuál será el diseño que tendrá el camino y calcular la cantidad de huellas de cemento que se utilizarán. En este punto, debe tenerse en cuenta que la mayoría de las baldosas comerciales destinadas a ese fin pueden medir hasta 40 x 40 centímetros.
Una vez que se tienen las baldosas deseadas, se confecciona una plantilla de cartón con su forma, que se colocará en cada paso del sendero para marcar su contorno, y a continuación se procede a excavar los pasos marcados hasta alcanzar una profundidad de 10 a 13 centímetros, apisonando la tierra de la base.
Huellas de cemento: Colocación de las baldosas
Previo a la colocación de las baldosas hay que asegurarse de que no se formarán charcos de agua debajo de las mismas. Para ello, se puede dejar bien compacto el suelo de cada hueco, armar un contrapiso de hormigón, o realizar una base de arena gruesa compactada asentada sobre mortero semiseco.
Una vez que se instalan las huellas de cemento en cada hueco se deben rellenar los espacios sobrantes con arenilla y compactar bien el suelo alrededor de cada pieza.
Por último, sólo queda humedecer el suelo y sembrar césped en los bordes de cada una de las baldosas.
Deja una respuesta