Las características particulares de la superficie sobre la que se va a edificar una casa es uno de los factores más importantes que deben tenerse en cuenta en el momento de la planificación, con el fin de asegurar una construcción segura y duradera.
Los terrenos firmes o consistentes, como los constituidos por roca o grava, son considerados los más indicados para la construcción de los cimientos de una obra, aunque también deben tenerse en cuenta la química y las aguas freáticas del suelo, ya que pueden dañar los materiales y estructuras.
Por el contrario, se desaconseja levantar un edificio sobre terrenos nivelados con material de relleno, ya que con el paso del tiempo tenderá a asentarse, lo que puede dar lugar a la aparición de grandes grietas e incluso el derrumbe de la casa.
Si no existe la posibilidad de ubicar las estructuras en otro sitio, es conveniente remover esos materiales de relleno y excavar hasta que se encuentre una superficie más firme.
Además de la composición del suelo en el que se planea realizar una construcción, su ubicación es otro de los factores a considerar para ahorrar futuros dolores de cabeza o gastos de reparación.
Por ejemplo, no debe edificarse en laderas muy empinadas, a menos que se construya previamente una o varias plataformas horizontales y escalonadas, de modo que la totalidad de las paredes tengan la misma altura.
Los terrenos ubicados en antiguos lechos de los ríos o muy cerca de cursos de agua actuales se incluyen dentro los suelos no aptos para edificar, ya que existe el riesgo de inundaciones e incluso aludes. Tampoco conviene construir una casa en terrenos bajos.
En caso de que se tome la decisión de levantar una casa sobre una ladera, debe asegurarse de que los cimientos se construyan sobre la parte más natural y firme del terreno, porque una cimentación parcial (parte en un medio inestable y parte en un área más sólida) podría dar lugar a fracturas en los muros.
Construcción de una vivienda: Cuidado con las pendientes de los cerros
En caso de que se desee construir una casa en la pendiente de un cerro o de otro suelo elevado, debe evitarse el uso de dicha vertiente para construir la pared posterior, ya que la misma corre peligro de ceder y caerse.
Para no sufrir este percance, es conveniente dejar un espacio intermedio de un metro de ancho entre la nueva vivienda y el muro de contención de que se levante para soportar las presiones de la tierra.
