En muchos hogares, ya se por placer o por necesidades terapéuticas, aún se utiliza la bañera, un espacio que ofrece confort y relajación durante el ritual del baño. También se usa en ocasiones para lavar a mascotas o cortinas delicadas.
Sin embargo, con todos sus usos y su importancia en la vida de muchas personas, es probablemente una de las partes que menos se toman en cuenta a la hora de proyectarse su instalación en el baño de casa.
Generalmente, en las nuevas construcciones es posible encontrar una bañera estándar de aproximadamente 76 centímetros de ancho, 150 centímetros de largo y 38 o 40 centímetros de profundidad, de acero esmaltado o de acrílico. Si la nueva casa es más sofisticada, puede incluir una bañera de hidromasaje de uno u otro material, y los nuevos modelos se hacen para ajustarse a los mismos requisitos básicos de espacio que una tina común.
Las bañeras se fabrican en una amplia gama de formas, tamaños y profundidades; están hechas de numerosos materiales y vienen con una serie de opciones, tales como chorros de hidromasaje, sistemas de hidroterapia y calentadores para mantener una temperatura de agua cómoda. Se fabrican con muchos ángulos diferentes respecto de la espalda y profundidades del agua.
Al momento de elegir la forma de la tina es importante considerar las dimensiones y configuración del baño en que será instalada. La forma que mejor se adecua a la mayoría de los cuartos de baño es la rectangular, que se oferta en diferentes tamaños y precios. Existen también modelos de líneas redondeadas, diseñados especialmente para ocupar un rincón del baño y aprovechar mejor el espacio.
Hablando de espacio, es posible que en el baño de un departamento convenga más instalar sólo un plato de ducha y olvidarse de una bañera convencional, o en su defecto recurrir a las bañeras de asiento, también conocidas como minibañeras, como la de la fotografía.
El aspecto ergonómico es otro punto importante a considerar a la hora de seleccionar la tina a instalar. Algunas personas pueden necesitar un ángulo de espalda específico para sentirse cómodas y relajadas en su tina. En este aspecto también juega la contextura física y altura de quienes usan la bañera, siendo detalles importantes a la hora de buscar un modelo que se adapte lo mejor posible a las características de los ocupantes de la casa.
Para algunas personas, también es necesario considerar el valor terapéutico de la bañera.
Desde hace mucho tiempo se sabe que el agua en sí misma tiene cualidades terapéuticas. Sólo el sonido de una corriente, cascada o las olas del océano pueden servir para aliviar las tensiones. El remojo en un baño caliente es una buena ayuda para bajar la presión arterial, relajar los músculos, aliviar el dolor de las articulaciones, y proporciona una reducción en el estrés mental.
Si se está buscando un baño terapéutico que funcione en las piernas, los muslos y las caderas, una tina estándar puede ser útil. Sin embargo, si se necesita un baño terapéutico que trabaje principalmente en espalda y hombros del usuario, es posible que se requiera contar con una bañera más profunda que un modelo estándar.