Los cielorrasos de madera pueden ser un recurso muy útil a la hora de darle un toque de calidez y textura al techo interior de una vivienda, pero para que ello sea posible no debe descuidarse su aspecto general, ya sea a través de un buen barnizado sobre su color natural, o aplicándole tintas o pinturas.
La cantidad de barniz a utilizar dependerá de ciertos factores, como la ubicación del cielorraso (interior o exterior) y de la calidad y antigüedad del material. Por ejemplo, mientras más dura y menos porosa sea la madera, menor será el barniz que consuma y la cantidad de manos que se necesite aplicar. Por otro lado, si el cielorraso se ubica en un espacio exterior de la vivienda, seguramente necesitará más capas de pintura que si estuviera en el interior.
Cuando se trata de barnizar una superficie de madera nueva, se recomienda lijar toda la superficie con una lija 100 a 180 siguiendo la veta y retirando el polvo con un cepillo. Como siempre, no hay que olvidarse de utilizar gafas protectoras y barbijo o mascarilla para proteger ojos, nariz y boca de las minúsculas partículas de material que se desprendan mientras se realiza este trabajo.
Una vez terminado el trabajo de lijado y limpieza, se puede proceder a la aplicación de barniz. Si éste es brillante, posiblemente se requieran de tres a cuatro capas para darle un mejor brillo general. Si se utiliza barniz mate o semimate, esa cantidad puede reducirse a dos manos.
Para ayudar a que el barniz penetre bien en la madera se debe pasar una primera capa diluida en un 20% de aguarrás. De este modo se dota a la superficie del cielorraso de un mejor agarre de las siguientes manos, asegurando con ello una mayor resistencia al desgaste por el paso del tiempo, o de los elementos ambientales, si se encuentra en un lugar abierto.
Los siguientes manos de barniz que se apliquen deberán ser un poco más espesas, por lo que ser recomienda diluirlas en un 5% de diluyente.
Barnizado de cielorraso de madera antiguo
Cuando se trata de barnizar un cielorraso de madera que ya había sido pintado con anterioridad, el procedimiento habitual consiste en limpiar la superficie de polvo y suciedad, retirando los restos de grasa utilizando un paño humedecido con aguarrás. A continuación se aplica una o dos capas de barniz para dejarlo como nuevo.
En aquellos casos en que la capa de barniz o pintura antigua que cubre el cielorraso se encuentre muy deteriorada, lo mejor es quitarla utilizando un removedor o una lija, y luego limpiar toda la superficie para que no quede ningún residuo de la laca anterior, polvo o grasa. Una vez que el cielorraso de madera está listo, se le dan entre dos o tres manos de barniz o pintura siguiendo los mismos pasos indicados para las superficies nuevas.