El uso de la pintura en aerosol para colorear muebles puede ser un buen recurso cuando se trata de realizar trabajos con más rapidez que utilizando pincel o rodillo, aparte de permitir trabajar con mayor comodidad sobre aquellas superficies irregulares o con detalles intrincados. Por supuesto, si se desea laborar sin inconvenientes y obtener muy buenas terminaciones, es mejor seguir una serie de sencillas recomendaciones.
Lo primero que debe tenerse en cuenta a la hora de utilizar esmaltes o pinturas acrílicas en aerosol es que tienen un alto contenido en compuestos químicos que se convierten fácilmente en gases y vapores que pueden causar irritación de ojos, nariz y garganta, náuseas, dolor de cabeza, mareos y dolores estomacales, entre otros problemas de salud.
Por ese motivo es recomendable ubicar el área de trabajo en sitios bien ventilados, siendo la mejor opción hacerlo directamente al aire libre. También es importante proteger las vías respiratorias y los ojos utilizando mascarilla y antiparras o gafas de seguridad.
Una vez definida la zona en la que se va a realizar la labor de pintura del mueble, se debe cubrir la misma utilizando papel de diario u otro tipo de protección que impida que las partículas de la pintura en aerosol ensucien el piso y artefactos dispuestos en el lugar.
El siguiente paso se refiere a la limpieza de toda la superficie a pintar, con el objeto de evitar que sobre la misma queden restos de suciedad, polvo, o grasa que pudieran afectar una buena fijación de la pintura en aerosol. En el caso de los muebles barnizados, se requiere lijar la superficie para retirar esa capa antes de proceder a su limpieza y posterior pintura.
Para lograr un mejor acabado y al mismo tiempo darle mayor durabilidad al trabajo final, se puede aplicar imprimación o una capa de pintura base (que también viene en aerosol). Por lo general, para esta labor se utilizan pigmentos mate o semi-mate para permitir que la siguiente aplicación se fije mejor a la base.
Para comenzar a trabajar, la lata de pintura en aerosol debe agitarse de forma circular por aproximadamente dos minutos para que la pequeña bolilla de vidrio colocada en el interior mezcle bien el acrílico o el esmalte con el diluyente, a fin de darle la fluidez adecuada para su pulverización.
Ahora sí, ya se puede comenzar a pintar, pero ahora es necesario tener en cuenta dos factores importantes: distancia y velocidad.
Cuando se aplica la pintura en aerosol, se requiere mantener la lata a unos 30 centímetros de la superficie, al mismo tiempo que se realizan movimientos rápidos para evitar la formación de capas gruesas. Cuanto se llega a las zonas más intrincadas se puede acercar el envase un poco más a la superficie, pero sin reducir la velocidad del paso.
Para un mejor resultado, se debe pintar capas delgadas pasando el aerosol en líneas rectas y horizontales superpuestas en un tercio, empezando y terminando cada línea afuera de la superficie, y aplicando cada capa en una sola mano. Antes de pintar cada nueva capa se debe dejar secar bien la anterior, teniendo en cuenta el tiempo recomendado por el fabricante del producto.
Uso de la pintura en aerosol: Cómo prevenir obstrucciones
Para asegurarse que la pintura que ha quedado en la lata de aerosol pueda ser utilizada de nuevo se aconseja mantener limpia la válvula de salida, ya que este tipo de material tiende acumularse en la boquilla, secarse y formar un tapón con mucha facilidad.
Para ello, se debe voltear la lata para que la pintura baje y presionar la válvula por cinco segundos para permitir que el propelente expulse los restos de material depositados en la zona de la boquilla.