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Cómo recuperar una silla de mimbre: Limpieza y pintura

Rústico, artesanal, elegante y altamente personalizable, son cualidades que pueden encontrarse en un mueble de mimbre y a las mismas puede agregarse lo duradero en el caso de aquellos confeccionados con una materia prima de mayor calidad, como el rattan.

Sin embargo, el paso del tiempo, el uso y la exposición a distintos factores ambientales pueden ir desgastando la apariencia  y la integridad de este tipo de mobiliario, y las sillas de mimbre no son la excepción a este inconveniente.

En ocasiones, el grado de deterioro sufrido por estos muebles puede apreciarse en un aflojamiento del mimbre que envuelve las patas, la rotura o falta de hebras de mimbre en el cuerpo de la silla, o en la pérdida del color original.

En los dos primeros casos, se necesitará realizar un trabajo de reparación que implicará el refuerzo o reemplazo de las partes flojas o dañadas con hebras de mimbre nuevas y la aplicación de pegamento. En ambas situaciones, las piezas nuevas deben ser puestas en remojo durante 30 minutos para que se aflojen y sean más fáciles de manipular y se ajusten sin problemas al perfil de la pata o el cuerpo de la silla.

Si el problema que presenta la silla de mimbre sólo se relaciona con la falta de limpieza y pérdida del color original (ya sea que se trate del natural o de una pintura anterior), la solución al mismo puede ser muy sencilla.

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En primer lugar, se quita el polvo con una aspiradora o un paño húmedo. También deben retirarse la tierra suelta y las telarañas. Como los muebles de mimbre suelen tener más ranuras que en los muebles convencionales de madera, será necesario usar un pincel viejo para limpiar esos espacios o las posibles grietas.

Para quitar la pintura antigua y el óxido de las partes sólidas del mueble, se necesitará recurrir a un cepillo de alambre y una espátula.

Después de limpiar la suciedad suelta, se procede a lavar la silla de mimbre con una esponja y detergente, tratando de generar tanta espuma como sea posible. Si el mueble presenta áreas afectadas por moho, convendría agregar una taza de cloro para quitarlo.

Para este trabajo se recomienda el uso de guantes de látex que no sólo servirán para proteger las manos de los efectos de la lejía, sino que además evitará lastimaduras con las astillas mientras se lava.

Finalmente, con la ayuda de un pulverizador, se enjuaga la silla de mimbre y se deja secar bien antes de proceder a la reparación o pintura.

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Pintando una silla de mimbre

Una vez que la silla de mimbre esté lista, se comienza a pintar con pincel, pintura en aerosol o con una pistola pulverizadora. Es preferible realizar el trabajo en interiores, donde el polvo y los insectos no estropearán el acabado, aunque en aquellos casos en que no se cuenta con una ventilación adecuada se recomienda pintar al aire libre.

Conviene usar una pintura de esmalte de calidad apta para muebles de mimbre. Eso puede verificarse con sólo observar las etiquetas de las latas, en las cuales se puede ver las superficies para las que el producto resulta más adecuado.

Después de pintar, viene el tiempo de secado, que dependiendo de la pintura empleada puede demorar hasta 48 horas en curar completamente, por lo que no se debe usar la silla de mimbre durante ese período.

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