En la actualidad existe la posibilidad de usar distintas técnicas de pintura que permiten darle un toque original y sofisticado a todo tipo de paredes sin necesidad de incurrir en grandes gastos ni de tener muchos conocimientos sobre el tema.
Este es el caso de la técnica de la escoba (también conocida como «efecto escoba») y la técnica de la camiseta, que utilizan elementos disponibles en cualquier casa y que si se aplican correctamente ayudan a darle a la pared una estética original.
La técnica de la escoba requiere el uso, obviamente, de una escoba para imprimir un aspecto rayado a la superficie, que puede combinarse con muros lisos y con otros colores.
El primer paso consiste en aplicar con rodillo una mano inicial de pintura con el color de fondo deseado. Una vez que se haya secado completamente, se puede aplicar una segunda mano de pintura poco a poco, columna a columna o fila a fila.
Una vez terminada esta segunda parte del trabajo, se debe tomar una escoba y pasarla desde arriba hacia abajo de una sola pasada, haciéndolo con con cuidado y sin detenerse a la mitad. Un movimiento alternativo es pasar la escoba horizontalmente, de izquierda a derecha, aunque esta técnica es más recomendada para aquellas personas que tengan una mayor experiencia.
En ambos casos, una vez que se completó una línea o columna se debe limpiar el exceso de pintura en la escoba para luego repetir el movimiento en el siguiente tramo.
Al poner en práctica esta técnica deben tenerse en cuenta dos puntos importantes: Por un lado es recomendable que la escoba a utilizar sea de buena calidad para asegurarse de que no queden restos de material adheridos a la pintura que pudieran arruinar todo el trabajo. También es necesario dividir la pared en segmentos o partes manejables para poder pintar y aplicar esta técnica de una manera más cómoda y práctica.
Técnica de pintura de la camiseta
La técnica de la camiseta, por su parte, se basa en el empleo de una antigua prenda de algodón, también conocida como franela, polera, remera, chomba, etc., y sirve para imprimirle a la pared un veteado o jaspeado que le dan un mayor valor estético al ambiente.
Una ventaja que ofrece este trabajo es que permite su aplicación sobre la pintura antigua del muro, siempre y cuando la misma se encuentre en buenas condiciones y sea de un color que combine adecuadamente con la nueva pintura a aplicar.
En caso de que se decida aplicar la técnica sobre una pared ya pintada, lo primero que debe hacerse es limpiar la superficie con un paño embebido con agua y detergente lavavajillas con el objeto de eliminar todo rastro de suciedad, polvo y grasa que pudiera afectar la adherencia de la pintura nueva.
También se debe tener la precaución de proteger los límites del área a pintar, al igual que los sectores (pisos, techos, etc.) u objetos (muebles) que pudieran haber en la sala y que no se desean pintar, cubriéndolos con cinta de enmascarar y hojas de periódicos.
Una vez que la pared ya se ha secado después de la limpieza, se toma una camiseta de algodón en desuso embebida con la nueva pintura y se procede a dar ligeros golpes sobre la superficie del muro. Hay que tener cuidado de que no se formen burbujas de aire, por lo que es conveniente quitar el exceso de pintura de la polera antes de su aplicación.