El azul, el único de los colores primarios que pertenece al espectro frío, es considerado por la mayoría de los autores como un importante aporte de tranquilidad a la decoración de una habitación, relacionándolo con una amplia gama de influencias, desde la creatividad y la libertad a la seguridad y la confianza.
Asimismo, el azul es un color más indulgente cuando se trata de ser incorporado en la decoración del hogar, aunque siempre será conveniente conocer cuáles son los tonos o matices más utilizados y reconocer de qué manera pueden influir en la ambientación de uno u otro espacio.
Azul Océano: El azul tiene estrechas asociaciones en el mundo natural, sobre todo con el cielo y con el agua. Debido a esto, la incorporación de un color tan representativo de la naturaleza, como el azul océano, puede ayudar a darle al ambiente una sensación vibrante. Es importante recordar que, como el único color dentro del espectro fresco y como componente fundamental para la creación de otros colores, posee una influencia calmante.
Azul Cerúleo: También conocido sólo como cerúleo, abarca en la actualidad a un conjunto de colores que incluye el azul profundo, el celeste, el azul brillante y el azul con matices verdosos, aunque desde hace siglos el azul cerúleo verdadero es identificado como azul celestial. Este tipo de azul es fácilmente adaptable para crear una estética clara y refrescante.
Azul Egeo: Es un tono de azul atractivo, profundo y tranquilizador. A menudo se acompaña con colores crudos, blancos y beiges, aportando distinción a cualquier ambiente. En ocasiones se utiliza en dormitorios con paredes oscuras, sobre todo en el armazón de la cama y las fundas de almohada con el fin de crear un espacio acogedor e íntimo.
Azul Zafiro: Integrante de la gama de los azules oscuros, el azul zafiro puede constituir una hermosa adición particular, aportando un matiz de mayor paz y seguridad, sobre todo si se asocian con otros pigmentos fríos. En combinación con los blancos, en cambio, pueden crear un interesante espacio para la motivación y el trabajo.
Azul Hielo: Es un tono azul pastel suave, ubicado a mitad de camino entre los colores cielo y blanco. Ayuda a darle más iluminación a una estancia y, si se combina con el blanco, se logra un espacio con apariencia más límpida y refrescante. Ofrece interesantes resultados estéticos cuando se asocia con matices amarillos.
Turquesa: Es una de las tonalidades más conocidas, que oscila entre azul y verde. Si bien existen varios tonos y matices de este color (es decir, puede parecer más oscuro o más claro ,y aún así ser de color turquesa), cada uno de ellos aporta mayor o menor frescura al espacio en el que se utiliza. Cuando este color se utiliza como un acento entre los blancos, se logra transmitir una atmósfera más liberadora y relajante.