Un jardín en casa puede resultar una bendición gracias a que aportan un toque de frescura y relax a quienes viven en ella o la visitan, y ese beneficio puede ser aún mayor si se decide instalar en él muebles que aporten estilo y comodidad.
En la actualidad, existe una amplia oferta de mobiliario para jardines o terrazas, que incluye distintas alternativas en cuestión de diseño y materiales, lo que permite a los dueños de casa poder elegir aquellos modelos que mejor se acomoden a sus gustos y bolsillos.
Muebles de jardín de fibras naturales: Los más conocidos son los de ratán y de bambú. Tienen como principal ventaja que son ligeros de peso y son altamente decorativos, ayudando a darle un aspecto más lujoso al ambiente.
Su principal desventaja, es que demandan un mayor mantenimiento que los otros tipos de muebles para exteriores, debido sobre todo porque suelen acumular mucho polvo en las áreas de trenzado y en las uniones. Por eso se recomienda limpiarlos, ya sea utilizando una aspiradora de mano o un cepillo de cerdas largas y suaves. Para protegerlos de los elementos, es conveniente aplicarles una capa de barniz para exteriores.
Otro punto en contra que tienen estos muebles es que sus uniones tienden a aflojarse con el uso, por lo que cuando se detecta ese problema se las debe encolar de inmediato. En la medida de lo posible, se los debe mantener siempre protegidos bajo techo.
Muebles de jardín de madera: Están hechos principalmente con maderas tropicales o exóticas. Aportan calidez y elegancia al jardín en el que se encuentran.
Al igual que los de fibras naturales, requieren que se les dedique un buen tiempo para su mantenimiento, sobre todo si están hechos con maderas de resistencia media o menor. La excepción es la madera de teca, que posee una elevada resistencia, no precisa mantenimiento y puede tener unos 30 años de vida útil.
Si son muebles nuevos, es mejor hacerles un tratamiento inicial aplicándoles dos manos de aceite de teca.
Con el correr del tiempo, al menos dos veces al año se le debe aplicar una capa protectora de aceite de linaza o de teca. Esto ayudará a prevenir el ataque de insectos y hongos.
Como se encuentran en el exterior, los muebles de jardín de madera acumulan polvo con facilidad, por lo que se los debe limpiar de vez en cuando con un paño. Para una limpieza más profunda, se puede trabajar pasando una esponja embebida con un poco de jabón neutro.
Muebles de jardín de plástico o resina: Son productos que le aportan al lugar un toque más moderno, al mismo tiempo que usualmente son ergonómicos y más cómodos que otro tipo de muebles. Al estar fabricados con fibras sintéticas, resisten mejor la intemperie y son más duraderos.
Se lavan fácilmente con agua y jabón. Debe tenerse cuidado de mantenerlos secos con un paño para evitar que los residuos de agua o cloro terminen dejando marcas en su superficie al evaporarse.
La principal desventaja de los muebles de jardín de plástico es que a medida que pasa el tiempo pueden ir perdiendo su brillo a adquiriendo una tonalidad amarillenta, por lo que es recomendable cubrirlos cuando comience la temporada fría del año.
Muebles de jardín de hierro: Existe una variada oferta de esta clase de muebles, desde los diseños rústicos hasta los livianos, actuales y elegantes, que a la vez se ofrecen con distintos acabados.
Si bien soportan sin problemas las inclemencias del tiempo, la humedad sigue siendo uno de sus peores enemigos, ya que su acumulación produce la aparición del óxido, sobre todo en las uniones.
El mismo puede eliminarse pasando una lija especial o un cepillo de alambre rígido, para luego lavar y secar bien las áreas lijadas. Una vez que éstas se encuentran secas y libres de polvo, se les debe aplicar el antioxidante y el esmalte correspondientes. También hay modelos modernos que suelen estar esmaltados a fuego con epoxi, que tienen una mejor protección contra los elementos,
Muebles de jardín de aluminio: Se trata de un material ligero de elevada resistencia al sol y al agua de lluvia o de riego. Por ese motivo, los muebles de aluminio son considerados el mobiliario ideal para ambientes exteriores ya que no se oxidan ni necesitan un mantenimiento específico.
En caso de que llegasen a mancharse, sólo basta limpiarlos pasando un paño con agua jabonosa, debiendo evitarse en todo momento el uso de productos abrasivos.
