Un vidrio roto en una ventana no sólo significa una pérdida en el aislamiento acústico y térmico de una vivienda, sino que también representa un serio peligro para la salud física de sus moradores, que pueden sufrir accidentes al tomar contacto con los restos astillados del cristal.
El reemplazo de un panel de vidrio dañado de una ventana demanda por lo general la realización de dos tareas básicas: el retiro del vidrio roto y la colocación de uno nuevo.
A simple vista, el trabajo parece sencillo. Sin embargo es necesario conocer qué conjunto de labores implica cada una de estas etapas.
En primer lugar, debe tenerse siempre presente que retirar el panel dañado demanda el uso de los materiales de protección adecuados: guantes y prendas de vestir gruesas, y gafas; ya que es posible que durante la tarea de extracción se deban tomar trozos afilados o se produzcan desprendimientos de astillas que pueden alcanzar los ojos.
Una vez calzados guantes y gafas, se puede empezar a retirar todos los restos flojos que pudieran haber quedado enganchados. Esto puede hacerse con las manos o, si algún pedazo se encuentra un poco más duro, se lo puede aflojar dándole unos golpes suaves con un martillo envuelto en una tela.
Para prevenir que algunos trozos de vidrio salgan proyectados hacia cualquier lugar durante esta operación, se puede aplicar una cuadrícula de cinta adhesiva que también permitirá retirar el panel roto en una sola pieza después de ser aflojado con los golpes.
En el caso de que se trate de una ventana de madera, deben quitarse las varillas que enmarcan el vidrio roto y que se encuentran sujetas con pequeños clavos.
Es importante que las ranuras en las que encajará el nuevo panel de vidrio se encuentren completamente lisas y limpias. Por eso se deben retirar los restos de la masilla o silicona viejas, pudiendo usar para ello un cincel o una espátula. Un truco para ablandar estos residuos adhesivos es utilizar una pistola de aire caliente, para facilitar su desprendimiento y ahorrar tiempo y esfuerzo.
A continuación, se cepilla el marco y se limpian las partículas de masilla seca, polvo o suciedad que pudieran haber quedado, usando para ello la aspiradora de mano o un trapo ligeramente húmedo. Después se aplica una capa de aceite de linaza y se deja secar, para que ayude a una mejor fijación y protección del nuevo material adhesivo y sellador que se aplicará posteriormente.
Si se va a utilizar masilla, se debe amasar con la misma un cordón delgado que luego se aplica en la ranura, presionando firmemente con una espátula para lograr una capa fina sobre la que reposará el vidrio.
El siguiente paso consiste en colocar cuidadosamente el panel de cristal en su marco hasta lograr que encaje perfectamente y haciendo un poco de presión y que quede firme.
Nuevamente se amasa otro cordón de masilla y se lo aplica contra los bordes del vidrio y el marco, presionando con el dedo pulgar.
Cambiar vidrio de ventanas de madera: Trabajos de terminación
Luego, se vuelven a colocar las molduras de madera de la ventana, ajustándolas al marco con los clavos. Si se detecta si parte de la masilla sobresale por encima de las varillas, se retiran los sobrantes con la ayuda de un cuchillo o una espátula.
Por último, se limpian los bordes del vidrio ya colocado con un paño embebido en alcohol, para eliminar los restos de masilla o las marcas de grasa de los dedos que pudieran haber quedado estampados en su superficie.
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