Las fugas de gas representan un serio peligro para la salud de las personas y tienen el potencial, en caso de no ser tratadas a tiempo, de provocar explosiones e incendios devastadores. De allí la importancia de conocer cómo se las puede detectar y cómo comportarse ante esa situación.
Antes que nada, es importante saber a ciencia cierta cuáles son los artefactos que operan a gas. También es indispensable conocer qué tipo de combustible es el que se usa (gas licuado de petróleo o propano, gas natural, etc.) y tener idea del sistema de distribución instalado en casa (ubicación de tuberías, llaves y conectores).
Tanto el gas natural como el gas licuado de petróleo traen incorporado un odorante (generalmente mercaptano etílico), que es una medida de seguridad que permite a los habitantes de la casa percibir un fuerte olor a huevo podrido en caso de que ocurra un escape.
Si el olor es muy fuerte y si los artefactos se abastecen de una red domiciliaria de gas natural, es conveniente abandonar el área y decirle a los demás que también se alejen, dejando las puertas abiertas.
Tampoco deben encenderse ni apagar los interruptores eléctricos ya que esto podría incendiar el gas presente en el ambiente y generar una explosión. En este caso es recomendable, una vez fuera del área de peligro, llamar a un profesional o directamente comunicarse con el servicio de emergencias local para informar la novedad.
Otras medidas ante una fuga de gas natural incluyen el no uso de teléfonos celulares, no fumar ni utilizar encendedores ni fósforos, no encender ni apagar los vehículos cercanos, y no intentar abrir o cerrar las válvulas de gas natural.
Otros modos de detectar una fuga importante de gas en la red de gas natural incluyen escuchar con atención, ya que este combustible suele producir un ruido poco común, como un soplido o silbido cerca de los aparatos de las líneas de abastecimiento. También se debe prestar atención a las nubes de polvo o tierra que se levanten del suelo, a la formación de una niebla densa, a la presencia de corrientes de agua o charcos que burbujean, a la aparición de lugares secos en áreas húmedas o de plantas muertas cerca de una línea de gas.
Detectar fugas de gas con detergente y esponja
Si el olor no es tan fuerte, para detectar dónde se encuentra la fuga de gas se puede recurrir al tradicional uso de detergente y esponja. Con el primero se enjabonan los caños o conexiones. Si salen burbujas del área tratada se está presencia de la fuga. Si no se detecta ningún escape en los conductos y conectores con este método se debería buscar la fuga en el tanque, cilindro o garrafa, si es que es posible.
En todos los casos, siempre es importante llamar a un especialista matriculado para reparar las fallas detectadas.
