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Cómo hacer el mantenimiento básico de una chimenea a leña

Las chimeneas a leña le dan una cuota de elegancia a una sala, además de su tradicional aporte de confort y calidez. Sin embargo,  la falta de un mantenimiento periódico adecuado puede convertirlas en fuente de contaminación en la casa o afectar seriamente su rendimiento calorífico.

El bloqueo del tiro o tubo por el que se evacuan gases y humo es uno de los inconvenientes más comunes que enfrentan estas estructuras, y esto se debe principalmente a la acumulación de las partículas que se producen en la combustión y que  ascienden por el conducto y se van depositando en su interior. A medida que se enfrían, estos desechos van endureciéndose, formando un obstáculo para la libre circulación del aire.

Esta obstrucción de la chimenea no sólo deriva en su mal funcionamiento al devolver los humos a la sala, sino que también representa un potencial peligro de incendio, debido a que esos restos acumulados en el tiro son combustibles y podrían encenderse al entrar en contacto con las chispas provenientes del hogar.

Para prevenir estos problemas, se sugiere realizar limpiezas periódicas de la chimenea a leña. La frecuencia dependerá del tipo de tubo para salida de humos que se haya elegido para la instalación. Un tiro de acero inoxidable, por ejemplo, requerirá una limpieza una vez al año, debido a la alta resistencia del material; un tubo de acero galvanizado, en cambio, demandará un trabajo de aseo más frecuente, (mínimo dos veces al año), ya que se trata de un material menos resistente.

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La temporada de limpieza de estas estructuras suele ser a finales del invierno o justo antes de comenzar a utilizarla.

Aparte de esta labor de mantenimiento, otra manera de ayudar a evitar la obstrucción del conducto de una chimenea a leña es encenderla utilizando pastillas de encendido,que generan menos alquitranes y olor que el papel. También es importante tener cuidado con la selección de la leña, siendo preferible el uso de maderas duras y poco resinosas, sin pintar ni barnizar.

Ahora bien, yendo específicamente a la limpieza de la chimenea a leña, para obtener mejores resultados es conveniente seguir los siguientes consejos:

Para limpiar el tiro, lo mejor es introducir un cepillo deshollinador (que puede adquirirse en tiendas de artículos de limpieza) en el hogar o en el tubo de salida de humos y moverlo hacia arriba y hacia abajo, frotando las paredes de la chimenea para arrastrar la suciedad acumulada. Se repite la operación hasta que no se perciba resistencia al avance del cepillo por el ducto.

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Es importante tener en cuenta que no se debe iniciar este trabajo de limpieza hasta que la misma esté completamente fría y no se haya protegido el frente de la chimenea con plásticos o papel.

Mantenimiento de chimeneas: Uso de leños deshollinadores

Otro método para mantener limpio el tiro de una chimenea a leña es el uso de productos químicos, como los leños deshollinadores que se dejan quemar en el hogar durante una hora y media (o el tiempo que indique el fabricante) para permitir que el humo extraiga la humedad y neutralice los alquitranes.

Las puertas vidriadas de la chimenea se pueden limpiar con un poco de agua y jabón y un cepillo de cerdas duras. Se puede completar el trabajo aplicando un limpiavidrios cada dos o tres días.

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