Ya sea que se encuentre en un garaje exterior o en una sala en el interior de la vivienda, un piso de cemento necesitará contar con una capa de sellador que cubra todos sus poros para facilitar la limpieza de manchas de aceites, grasas y otros elementos, además de garantizar una mayor durabilidad del material.
Muchas superficies lisas de cemento poseen una textura tan densa que puede dificultar la correcta penetración y fijación del sellador al piso. En esos casos conviene preparar el hormigón aplicándole ácido para que abra los poros y le de una textura arenosa fina. Este trabajo también ayudará a limpiar los restos de aceites o grasas que pudieran haber quedado.
En tiendas especializadas se pueden adquirir distintos productos elaborados a base de ácidos y específicamente destinados a la limpieza de pisos. Sin embargo, es conveniente conocer algunas características de los compuestos más utilizados en estas tareas.
Por ejemplo, el ácido cítrico es biodegradable y no produce gases de cloro, resultando el más seguro y fácil de usar aunque puede no ser lo suficientemente fuerte para pisos lisos de cemento.
El ácido sulfámico, por su parte, es menos fuerte que el fosfórico o el muriático y quizás es el mejor término medio entre fortaleza y seguridad. El ácido fosfórico es muy fuerte y más nocivo que los dos anteriores, pero es considerado menos peligroso que el muriático.
Finalmente, el ácido muriático es considerado muy peligroso, reacciona con rapidez y crea gases muy fuertes, por lo que se sugiere su uso sólo como último recurso por parte de profesionales.
Dadas las características peligrosas de estos compuestos, siempre debe trabajarse mantener una ventilación adecuada y usar vestimenta y elementos de protección, incluyendo gafas de seguridad, guantes y botas de goma, además de pantalones y camisas mangas largas. También es importante el uso de máscara para respirar con filtro contra gases ácidos.
Primeramente se debe barrer toda la superficie para quitar la suciedad (polvo, barro, cera, grasa, etc.) y también remover las capas de pintura que pudiera haber. Se rocía bastante agua sobre el piso de cemento. Esto sirve para mantener el área bien húmeda al momento de aplicar el ácido, y también sirve para detectar aquellos lugares en los que pudiera quedar agua estancada en la superficie, indicador de que todavía hay contaminantes en el suelo que necesitan ser removidos.
Cómo el químico se va a aplicar con un rociador o atomizador con tanque a prueba de ácidos, se carga el mismo con agua y se lo prueba para comprobar que emita un chorro ancho y consistente. Luego, de acuerdo con las instrucciones del fabricante del ácido, se llena el recipiente con la cantidad indicada de agua y se agrega el producto químico, también en la cantidad recomendada por el proveedor.
A continuación, se aplica la mezcla, esparciéndola a lo largo de todo el piso de cemento. Como no se debe dejar que el ácido se seque durante la aplicación y limpieza, conviene echarlo en áreas pequeñas de 3 metros cuadrados o menos.
Con una escoba o cepillo de cerdas duras se procede a esparcir el producto sobre el piso de cemento y se deja que se asiente por el tiempo indicado por el fabricante. En ese momento aparecerá una a leve capa de espuma, que es señal de que el ácido está trabajando sobre la superficie. Una vez que desaparezcan las burbujas se procede a esparce una solución de 3,5 litros de agua mezclados con 200 gramos de bicarbonato de sodio u otro producto para neutralizar ácidos, para evitar que los químicos residuales sigan actuando sobre el concreto y lo dañen.
Dicha solución neutralizadora se esparce por todo el piso con la ayuda de una escoba de cerdas duras, y luego se moja la superficie con agua y se lo friega para evitar que queden marcas blancas. Se enjuaga repetidas veces para asegurar que no queden rastros del ácido.
Recomendaciones de seguridad con el ácido
Dado el poder corrosivo del ácido, es necesario mantener alejados a los niños y mascotas. También deben tomarse todas las precauciones al almacenar dicho producto.
Nunca debe agregarse agua al ácido, ya que puede provocar salpicaduras. Por este motivo se recomienda agregar el ácido al agua y luego mezclar lentamente.