Las ventanas oscilobatientes son aquellas que poseen en su marco lateral un sistema que les permite un eje de giro alternativo, es decir, que tienen dos posibilidades de eje de giro para su apertura, uno vertical y otro vertical utilizando una única manivela.
En otras palabras, al tradicional mecanismo de apertura con giro sobre el eje vertical se le incorpora un funcionamiento abatible sobre un eje horizontal, permitiendo elegir distintas configuraciones para el paso del aire.
Por lo general, las ventanas de este tipo se ubican en el planto interior de los muros de las fachadas externas y permiten, cuando giran sobre eje vertical, una apertura de casi 180 grados hacia el interior de la vivienda para obtener una mayor ventilación del ambiente.
Respecto de la posibilidad de giro sobre el eje horizontal, que hace que abra sólo por la parte superior, el ángulo máximo de apertura está determinado por las características del mecanismo instalado y por las dimensiones de la propia hoja de la ventana. Se trata de una apertura limitada que inclina la ventana hacia el interior con la finalidad de ventilar o airear un espacio cerrado.
Todos estos movimientos alternos en una ventana oscilobatiente son posibles gracias a un complejo mecanismo de giro con herrajes que se instalan en los costados del marco y que le proporcionan una apertura total o parcial, según los requerimientos del usuario y de la configuración original de la ventana.
Por contra, el mismo sistema que le da semejante versatilidad es el que hace que su precio sea más elevado que otras alternativas, ya sea que se instale una ventana nueva o se modifiquen las ya existentes. Sin embargo, quienes defienden su uso hacen referencia a las ventajas que pueden aportar desde el punto de vista de la estética, la economía, la higiene, el confort, y la seguridad.
Estéticamente, la instalación de una ventana oscilobatiente no altera el aspecto interior ni exterior de la fachada de un edificio, debido a que la ventana no sufre alteraciones porque únicamente se modifican los mecanismos internos de apertura, que se encuentran fuera de la vista.
Contar con este tipo de carpintería también ayuda notablemente a la economía del hogar, ya que durante el verano permite ahorrar en materia de consumo de sistemas de climatización (como los equipos de aire acondicionado) mediante el control de la entrada y salida del aire de una casa.
En otras épocas del año, como el otoño, también se puede mantener las ventanas oscilobatientes en posición abatida durante todo el día, con el objeto de permitir una constante circulación de aire fresco sin que el mismo llegue a enfriar las salas en exceso, lo que trae aparejado un menor gasto en calefacción.
Durante el invierno, estas ventanas permiten renovar el aire de las habitaciones sin sufrir fuertes corrientes y sin enfriarlas demasiado al limitar el volumen de aire que se deja pasar, lo que significa un ahorro energético en la factura del combustible o la electricidad de la calefacción.
Otra ventaja que aporta el uso de estos sistemas de apertura es la mejora en los niveles de higiene en la vivienda, debido a que permite una ventilación más natural y constante, ayudando a eliminar la acumulación de polvo, además de mejorar el control de olores y humedades en los ambientes interiores.
Ventanas Oscilobatientes: Seguridad
La seguridad es otro de los aspectos positivos de las ventanas oscilobatientes, gracias a que su mecanismo evita cierres o aperturas bruscas por corrientes fuertes de aire cuando se configuran en su posición abatida.
También representan una medida adicional de protección para aquellas casas habitadas por niños pequeños, ya que reducen el peligro de caídas accidentales por las ventanas si se las deja en posición abatida con la apertura limitada.
La mayoría de los modelos de ventanas oscilobatientes incorporan más puntos de anclaje y cierre que los sistemas convencionales, debido a que son sometidas a mayores esfuerzos por su mayor peso, lo que hace más difícil su apertura forzada.
