Los altos niveles de humedad y calor presentes en el baño favorecen en gran medida la aparición de hongos en paredes, pisos, sanitarios, cortinas, e incluso en toallas, que además de formar manchas desagradables a la vista y generar mal olor, pueden terminar afectando la salud de las personas.
La redistribución de los sanitarios, luces y muebles, y la incorporación de nuevos colores son algunos de los recursos que pueden utilizarse a la hora de renovar el aspecto general del cuarto de baño.
Los distintos artefactos que se instalan en el baño se encuentran expuestos a la acción del agua y la humedad, por lo que pueden sufrir filtraciones a través de las uniones o juntas con pisos, muros, u otros accesorios. Para evitar esta situación, es necesario realizar un correcto sellado de aberturas utilizando los materiales y las técnicas adecuadas.
La madera es una materia prima que por lo general no se asocia mucho con los muebles de baño, y menos en lo que se refiere a los sanitarios propiamente dichos. Esto se debía sobre todo a la creencia de que la humedad y la condensación terminaban afectando su aspecto e integridad.
Como se expuso en el post anterior, la Obra Gruesa, la Obra Fina y las Instalaciones son las tres partes fundamentales en que puede dividirse toda construcción, y cada una de ellas reúne una serie de trabajos y componentes cuyo conocimiento es necesario para todo aquel que participa en las actividades vinculadas con la albañilería.
Un baño pequeño puede ser el causante de desagradables sensaciones de encierro y ahogo. Sin embargo, existen distintos trucos muy útiles a la hora de ganar más espacio a una superficie reducida, o simplemente generar una ilusión de amplitud.