El reciclado y modificación de los contenedores de transporte puede ser una manera única de crear una piscina tipo en una propiedad. Gracias a su diseño modular y a sus medidas que rondan los 2,4 metros de altura y ancho, y de 6 a 12 metros de largo, uno de estos recipientes de carga puede ser una solución sencilla para una alberca adaptable a distintos tipos de terrenos.
Con el aumento del uso de los contenedores para el transporte marítimo y terrestre de mercaderías, ha dado lugar al fenómeno del descarte de esos recipientes una vez que han cumplido su vida útil (de 7 a 14 años), los que son reutilizados generalmente para la construcción de edificios para distintos fines.
Sea cual sea la estructura que se desee montar con contenedores de carga, en primer lugar debe conocerse qué es lo que dice la legislación local al respecto, porque es posible de que existan prohibiciones o restricciones en cuanto al uso de esta clase de recipientes como piscinas en viviendas particulares. Siempre es mucho mejor identificar cuáles son los obstáculos legales antes de invertir dinero y tiempo en una obra que luego deba ser clausurada o removida.
Los criterios de selección y preparación del sitio en el que se emplazará el contenedor son similares a los que se usan en el caso de las piscinas de fibra de vidrio, que ya fueron vistos en un post anterior. Sin embargo, las características estructurales de los contenedores también permiten su colocación por encima de la superficie.
Para reutilizar contenedores de carga como piscinas, es importante contar con la asesoría de alguien con conocimientos reales de ingeniería estructural para la planificación de la obra, ya que el agua necesaria para llenar estos depósitos puede representar un enorme peso extra, razón por la cual es importante asegurarse de que el contenedor seleccionado tenga la fortaleza adecuada en la base y esquinas de su estructura. Un buen profesional siempre será capaz de brindar el asesoramiento necesario para asegurarse de que la nueva piscina es lo suficientemente fuerte y duradera.
Además de la resistencia, otro factor a considerar será la altura de la futura alberca. Para muchas personas una profundidad de 2,4 metros (medida más común en los contenedores) podría resultar exagerado, por eso conviene calcular cuál es la verdadera distancia hasta el fondo que cada caso requiere, para luego hacer cortar el contenedor según la medida deseada. Es importante asegurarse de que quienes hagan este trabajo dejen un labio alrededor del borde para cubrir los bordes afilados por el corte, además de reforzar la estructura que quede.
Importante: Evitar pérdidas de agua
El siguiente aspecto a tener en cuenta en un contenedor para su reutilización como piscina es su hermetismo. Mientras que estos recipientes están diseñado para ser estancos desde el exterior, para proteger su carga de los factores ambientales, por lo general no están preparados para retener el agua en su interior. Muchos contenedores están revestidos con madera contrachapada que, por razones obvias, no es el mejor material para contener líquidos, por lo que se le deberá añadir una capa adicional aislante para mantener la piscina llena y evitar pérdidas.
Generalmente esto se hace mediante soldadura estanca y la adición de una capa de acero en el interior del recipiente, antes de tratar el óxido y pintar el interior y el exterior del contenedor.
Finalmente, se añaden las instalaciones de cañerías, junto a las bombas, filtros y conductos de admisión, para proceder a su instalación en el lugar elegido, dejando la nueva piscina lista para ser llenada.