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Muros de piedra al aire libre: Cómo protegerlos

Los muros de piedra al aire libre en jardines, patios o entradas pueden darle a una vivienda un importante valor estético y funcional. Sin embargo, la exposición a factores ambientales puede terminar afectando negativamente el aspecto y la durabilidad de este tipo de material.

La piedra en obras exteriores, incluida aquella elaborada industrialmente, es propensa a sufrir daños por la absorción de agua a través de zonas porosas. Esto no sólo fomenta la aparición y propagación de desagradables manchas de moho, también ayuda a causar grietas por el congelamiento del agua filtrada.

Una limpieza periódica reduce las probabilidades de que hongos y otros microorganismos se instalen y cundan en juntas y superficies de los muros de piedra.

Para este trabajo se puede utilizar un cepillo de cerdas duras para retirar cualquier suciedad de la superficies. Si la suciedad es mucha se puede lavar con detergente de uso doméstico y después enjuagar bien con agua.

En los muros de piedra al aire libre que ya estén afectados por moho o algas, aquellos deberán limpiarse a fondo con algún producto fungicida. Luego se proceda a enjuagar con una manguera de alta presión para quitar los restos que pudieran quedar sobre la superficie.

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Ahora bien, esta es sólo una solución que requerirá ser aplicada con menor o mayor frecuencia, dependiendo de las condiciones ambientales locales.

Impermeabilizar los muros de piedra al aire libre puede ser una buena medida para prevenir la aparición de moho, grietas y filtraciones. La aplicación de un hidrófugo de calidad puede ayudar enormemente a prolongar la vida útil y la estética de esas paredes.

Pinturerías y otros comercios vinculados a la construcción ofrecen distintos productos que pueden aplicarse a la impermeabilización de la piedra.

Muros de piedra al aire libre: Impermeabilización

La opción más práctica es una impregnación a base de silano/siloxano. Ésta cumple su función aislante de la humedad sin cambiar el color de la piedra y permite que el mortero de las juntas «respire» sin dificultad.

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Por «respiración» se entiende como la posibilidad de que la humedad del aire absorbida se libere hacia el exterior.

Estos productos también impiden que la suciedad y el polvo se depositen en los poros de los muros de piedra al aire libre.

El impermeabilizante pude aplicarse con pincel, rodillo o pistola pulverizadora. En todos los casos se recomienda enmascarar lo que circunde a la pared. Las plantas y el césped cercanos deben cubrirse también con alguna lona o plástico para evitar que los químicos los dañen o maten.

A continuación, se aplica una primera capa de impermeabilizante para crear una imprimación que ayudará a una mejor fijación de una segunda mano. Ésta última se esparcirá sobre la superficie del muro de piedra una vez que haya transcurrido el tiempo recomendado por el fabricante del producto.