Las juntas de dilatación se basan en el principio básico según el cual, a la hora de construir, hay que considerar que los materiales utilizados se ven influidos por el medio en el que se encuentran y por las condiciones y circunstancias que lo atraviesan. Factores como la humedad o los extremos de temperatura provocan lo que se denomina una tensión en la resistencia interna de cada material. Es para soportar estas tensiones que, en determinados cosas, son necesarias las juntas de dilatación.
Es decir que las juntas de dilatación se realizan para evitar resquebrajaduras, roturas o fisuras en las estructuras. Claro, algunas estructuras suponen en sí mismas a la tensión, como por ejemplo las vías del tren o carriles del ferrocarril.
Cómo funcionan las juntas de dilatación
Estas juntas operan haciendo posible el movimiento relativo que existe entre dos partes de una misma estructura, o entre diferentes estructuras trabajando a la par. Se trata, entonces, de un elemento imprescindible en la construcción, ideado a partir del hecho de que cada material posee un coeficiente de dilatación. Por tanto, lo que mayormente afecta a los materiales de construcción es el cambio de temperatura, factor que define el coeficiente de dilatación.
Así, cuando la temperatura asciende, el material dilata; en tanto que se contrae cuando aquella disminuye. De acuerdo a estos datos, las juntas de dilatación se estipulan asegurando una zona que logre absorber las tensiones provocadas por el clima.
Tipos de juntas de dilatación: abiertas y selladas
Las juntas de dilatación pueden ser abiertas o selladas. En el primer caso, las juntas llamadas abiertas tienen lugar luego de realizado un cálculo preciso con respecto al movimiento de dilatación de que es posible el material compuesto por las estructuras en juego. El ancho de la junta, su distancia mínima, dependerá de las variaciones de aquél movimiento. Reciben el nombre de abiertas porque quedan sin sellar. El inconveniente de esta opción es que, poco a poco, el espacio de la junta acumula suciedad.
Por su parte, las juntas selladas sí fueron rellenadas mediante masillas flexibles. Aquí, la masilla y su reacción al movimiento entra en juego a la hora de establecer el cálculo que estipule la distancia que tendrán las juntas. Las masillas más confiables para este tipo de solución en construcción suelen ser las elastoméricas poliuretánicas.