Un buen sistema de filtrado, junto con un correcto tratamiento químico, constituyen dos elementos necesarios e irremplazables para mantener la limpieza del agua en una piscina de fibra de vidrio y evitar los inconvenientes generados por la presencia de impurezas.
El aspecto cristalino que ofrece la superficie de una pileta recién llenada es un espectáculo agradable y atractivo. Sin embargo, con el paso de los días el agua comienza a presentar una imagen totalmente distinta, debido a la exposición al sol y al aire, y al uso por parte de los bañistas.
Antes de que existieran los tratamientos químicos y de filtrado, la solución a este problema se reducía a vaciar la piscina, limpiarla y llenarla nuevamente. Esto implicaba un mayor consumo de agua y también una mayor insalubridad, debido a que el trabajo de limpieza se realizaba con poca frecuencia.
Afortunadamente, en la actualidad es posible mantener por mayor tiempo la pureza del agua en una piscina de fibra de vidrio, gracias a la aplicación de los dos tratamientos antes mencionados.
El trabajo de limpieza química consiste básicamente en mantener en el agua una cantidad de cloro residual suficiente para destruir las bacterias y microorganismos, pudiendo también usarse otros productos comerciales que cumplen con la misma finalidad, aunque su precio puede ser más caro.
Para complementar esta tarea de depuración, se necesita dotar a la piscina de fibra de vidrio de un sistema de filtrado, compuesto por los filtros propiamente dichos y por una bomba, que ayudará a retener en su interior a toda la materia en suspensión que se encuentre en el agua.
¿Cómo funciona un sistema de filtrado?
La mayoría de los equipos actuales de filtrado pueden cumplir cinco funciones principales, consistentes en filtrado, retrolavado, enjuague, y desagote.
Para su buen funcionamiento, se recomienda que el filtro y la bomba estén ubicados a una distancia no superior a los 15 mts. de la piscina.
El agua se aspira del fondo de las piletas a través de la toma o cámara de fondo, y de la superficie por medio de los skimmers (bocas de succión instaladas en las paredes de la pileta), llegando al filtro por conducciones separadas provistas de sus correspondientes válvulas y volviendo a la piscina por medio de los retornos. Estos van instalados en el lado opuesto a la cámara de fondo y al skimmer, proporcionando de esta manera una renovación total del agua de las piscinas de fibra de vidrio.
Para cumplir con su trabajo, el filtro contiene una carga de arena silícica, a través de la cual se hace circular el agua en sentido descendente, reteniendo entre ella la materia en suspensión del agua a filtrar.
Una vez iniciado el ciclo de filtración y al cabo de cierto tiempo, será preciso lavar el filtro, ya que la arena se habrá obstruido con la suciedad, impidiendo el paso del agua. Para ello se aplica la función de retrolavado, que consiste en invertir el sentido de circulación del agua de las piscinas en el filtro, para expulsar al desagüe la materia filtrada.
Instalación de bomba y filtro en piscinas de fibra de vidrio: Dimensiones, caudal y ubicación
Al momento de elegir el sistema de filtrado adecuado para una piscina de fibra de vidrio, debe considerarse el volumen total de litros que contiene la misma, además del tiempo previsto para recircular dicho volumen líquido (entre 6 y 8 horas).
El hecho de que la bomba que se adquiera sea la adecuada para la cantidad de agua que contiene la piscina es de suma importancia si se desea evitar que la misma no trabaje forzada y por mucho tiempo, permitiendo al mismo tiempo un importante ahorro de energía y una mayor vida útil de la máquina generadora de presión. En cuanto a las dimensiones del filtro, su diámetro dependerá del caudal soportado por la bomba.
Otro elemento importante del sistema de filtrado es la válvula selectora que permite comandar las distintas funciones del equipo, para cuyo empalme se aconseja usar solamente accesorios plásticos y cintas de teflón.
Para garantizar su correcto funcionamiento, el sistema de filtrado deberá instalarse lo más cerca posible de la piscina, a una distancia no superior a los 15 metros, y a un nivel de 50 centímetros por debajo de la superficie del agua.